La epidemia de la COVID-19 ha hecho replantear muchas cosas. En el sector de las artes escénicas tenemos que aprovechar toda esta situación excepcional que estamos viviendo para abrir la mirada creativa y encontrar nuevas maneras de relacionarnos. La jefa de proyectos de Viu el Teatre, Gisela Juanet, así lo explica en este artículo en la publicación cultural Hansel y Gretel.
ARTÍCULO PUBLICADO (en catalán) EN HÄNSEL I GRETEL 27 de mayo de 2020
LA EXPRESIÓN ARTÍSTICA COMO EXPERIENCIA VITAL
El viento no sopla a favor de las artes escénicas en directo tal y como las conocemos, ni de su reconocimiento social, que tanta falta hace, y que a pesar de que hace tiempo que intuimos que es necesario, no hemos sido capaces de conseguirlo en momentos favorables.
Hace días que leo y escucho que hay que volver cuanto antes a la normalidad (cuando muchos creemos que precisamente la normalidad era el problema). Y la primera acción cultural que anuncia el Ayuntamiento de Barcelona en formato concierto en directo dirigida a la ciudadanía durante el confinamiento desencadena una gran polémica cuando surge una cifra económica de gasto.
Dejando de lado si la propuesta y la cifra eran adecuadas o no, lo que más me preocupa es la poca empatía que el sector cultural despierta en las personas (cuando seguramente todas o buena parte de ellas leen, escuchan música, miran series, se pasean de manera virtual estos días por algún museo del mundo o disfrutan en línea de alguna propuesta de artes escénicas grabada, la gran mayoría con pocos medios, tal y como marca la tendencia general de nuestro día a día) y el poco conocimiento del trabajo que conlleva cualquier expresión artística. Dicho de manera más sencilla, todos entendemos que los pantalones que compramos de grandes marcas tienen un precio que incluye el material, el diseño, los sueldos de la persona que los ha cosido, de la persona que nos atiende, del transportista, el coste del espacio físico en el que lo compramos, la publicidad con su IT Girl del momento…
Y sí, hay creadores culturales independientes que proponen otra fórmula de organización con menos intermediarios, pero se necesitan muchos cambios sociales para que estas alternativas sean propuestas estables y sostenibles en el mercado. Y aún así, es imprescindible un equipo mínimo de personas.
El sector de las artes escénicas en directo está ahora mismo en un callejón sin salida y es necesario dedicar este confinamiento a un intenso (aunque a la gran mayoría no le apetece): «Stop acting and start thinking» (tal como llamaron a las jornadas «EXIT» de este año en la Nau Ivanow, que dicho sea de paso supieron reaccionar y adaptar la propuesta con poco tiempo, haciéndola viable en live streaming, demostrando flexibilidad y encontrando nuevas oportunidades en un momento incierto. Ah, y acogiendo a todos los que querían formar parte de ella sin límite de aforo. Bravo!).
Pienso que desde el sector de las artes escénicas debemos aprovechar toda esta situación excepcional que estamos viviendo para abrir la mirada creativa y encontrar nuevas maneras de relacionarnos:
- A) Entre nosotros, las personas que formamos el sector: respetando a todos los profesionales de la cadena de valor para ser más sostenibles y resilientes, al tiempo que abrimos la mirada artística al mundo.
- B) Con el entorno y las personas, buscando más complicidades y reconocimiento que generarán más recursos, necesarios para huir de la precariedad.
- C) Con las administraciones: Defendiendo la cultura como un bien esencial y la educación artística en el dosier curricular educativo obligatorio.
Ahora más que nunca tenemos que mirarnos a los ojos, ser honestos, deshacer las cortinas de humo que se generan de forma innecesaria y convertirnos en cómplices sociales.
RELACIÓN INTERNA: Compartir, mirar, aprender y respetar
Estamos vivos, y por lo tanto a partir de aquí todo es posible.
Aprovechemos toda la formación y experiencia que tenemos, y compartámosla. Busquemos alianzas, co-creemos, sumemos y adaptémonos. Ahora más que nunca, toca dejar los miedos y el inmovilismo, y caminar juntos desde la generosidad. Eso sí, de una manera inteligente, no impulsiva, haciendo menos y mejor, pensando bien el relato y huyendo de la precariedad. Necesitamos miradas originales, singulares y muy intuitivas.
Es curioso que en un sector creativo y humano como el de las artes escénicas, demasiado a menudo algunos trabajen de espaldas a los demás, y las propias necesidades se impongan de manera individualista por encima de los intereses colectivos.
Una de las grandes cosas que han pasado estos días es que los proyectos que se han adaptado a la realidad, en formato virtual, (charlas, ferias, jornadas profesionales…) han conseguido llegar a más personas de las que habitualmente asisten de manera presencial y se ha generado una apertura al mundo rompiendo las barreras físicas. De repente, el mundo cultural catalán ha abierto las puertas sin perjuicios y ha llegado a profesionales de todo el mundo. Reflexionemos sobre esto! Hemos plantado una semilla que debemos regar y mantener para convertirnos en un colectivo valorado, fuerte y capaz de generar admiración. Lideremos en nuestro país una nueva manera de hacer y ser en el mundo, más sana, inteligente, crítica y sostenible.
De hecho, la crisis sanitaria ha servido para que por primera vez todo el sector cultural vaya de la mano, se propongan 52 medidas al Ministerio de Cultura y, con mucho esfuerzo por parte de todos, se ha conseguido un decreto con medidas que ayudarán a hacer este trayecto con más optimismo.
Éste es el camino: ¡encontrar las oportunidades y ser cómplices!
RELACIÓN CON EL ENTORNO: Participación y conexión
Hace tiempo que venimos hablando del espectador activo. Tímidamente en los últimos tiempos hemos incluido algunas acciones de vinculación del público en los procesos creativos. ¡Dejémonos de miramientos y démosles las riendas! Debemos colaborar de manera regular en diferentes sectores (sanitario, social, educativo…) y hacerlos partícipes de la creación. Trabajemos el sentimiento de pertenencia y la implicación para que hagan suyos los proyectos. Y desde la generosidad recíproca disfrutemos del aprendizaje del proceso. No debemos buscar un resultado inmediato de excelencia artística (¡ya llegará!). Investiguemos, probemos, trabajemos juntos, escuchémonos, observemos… y encontremos estos nuevos caminos de relación con la sociedad.
Hace unos días, el gran Amadeu Carbó, después de una larga conversación sobre cultura y vida, me planteó esta cuestión: Ante la muerte, ¿qué crees más necesario, disfrutar de una expresión artística o de un respirador?
Tras darle muchas vueltas, tengo la convicción de que tenemos que hacer que el arte en directo acompañe el alma durante todas las etapas de la vida, conecte con lo más profundo de cada individuo y sea un aliado de cuidado hasta la muerte. Y esto sólo puede ser posible con honestidad artística y en sincronía con todos los agentes implicados.
Vivimos un momento de cambios relacionales humanos a escala mundial, el sector cultural puede convertirse en una herramienta imprescindible para estos retos sociales que se nos plantean, y puede aportar la necesidad de vivir con más respeto y sensibilidad por el entorno con hábitos más coherentes y sostenibles.
RELACIÓN CON LA ADMINISTRACIÓN
La Cultura es de aquellas palabras que en cualquier discurso político queda bien. Pero además de mencionarla y usarla a gusto del consumidor, tenemos que creernos, también desde la política, que es un bien público esencial e imprescindible en una sociedad que trabaja por la igualdad de condiciones.
A menudo, en el sector cultural somos más de letras que de ciencias. La emoción frente la razón. Y necesitamos «razones» en la negociación de presupuestos públicos para la cultura, para abandonar
abandonar la precariedad, que deje de considerarse un bien de segunda para convertirse en un servicio esencial. La ola del 2% es un inicio en el camino que esperamos que dé sus frutos, y que la situación excepcional no sirva, una vez más, para enterrarla.
Pero desde la Administración se puede liderar el reconocimiento de la cultura no sólo con los presupuestos sino también, y aún más importante, con el posicionamiento de las artes en la sociedad a partir de la complicidad del sector educativo. Hay que trabajar desde la base en el reconocimiento de la cultura y, para que esto ocurra, es necesario que desde las primeras etapas educativas, las artes estén presentes en la escuela. No de manera residual ni extraescolar, sino regularmente y en el marco del dosier curricular. En un mundo cada vez más incierto, las habilidades emocionales y sociales que nos proporciona la práctica de las artes pueden ser el punto de inflexión para llegar, en unos años, a un mundo mejor, más solidario, donde se favorezca la igualdad de condiciones, los espacios de cuidados, la esperanza y las oportunidades.
Debemos promover la expresión artística como experiencia vital realzando la cultura y a todos los profesionales que la hacen posible. Vivimos un momento único y tenemos que aprovecharlo.
¡Nos vemos en la vida!
Gisela Juanet
Responsable de proyectos de VIU EL TEATRE
www.viuelteatre.com
Gracias a los consejos inspiradores de Aina Juanet, Amadeu Carbó, Lluís Juanet, Mercè Espuny, Anabel Montero y Toni Montero.
Ver enlace publicado en Hänsel i Gretel:
Gisela Juanet – L’expressió artística com a experiència vital